09 noviembre 2009

4º año, ¡esto no se acaba nunca!

Bueno, creo que va siendo hora de poner fin al la “semana UC3M” que, en mi caso, se ha convertido en el “mes UC3M”. Prometo que todos los días me he estado fusilando a mi misma con “¡que vergüenza! ¡Otro día sin postear nada!”.

Intentaré resumir brevemente el final del suplicio carlesco:

A partir de 3º, en vez de ausentarme de clase para contestar el teléfono, directamente empecé a faltar las primeras horas. Al principio simplemente llegaba tarde (tengo un serio problema con los despertadores, no hay ninguno hecho para mí) pero después ya no hacía mucho por llegar a las 9. Y para un día que “me caí de la cama”, una señorita tuvo a bien no mirar el espejo retrovisor y se empotró contra mi coche mientras me encontraba aparcando. Así pues, ese día volví a llegar tarde a clase pero con un parte de accidente bajo el brazo. Moraleja: Nunca mais volver a aparcar en el parking de la universidad cuando llega todo el mundo.

Por otro lado, no sé en qué punto de la carrera me presenté al examen de inglés (un examen obligatorio con el que obtener una serie de créditos inútiles y para el cual no había docencia, uno ya tiene que venir aprendido de casa) pero sí recuerdo el estúpido requisito de necesitar haber superado 4º (supongo que ahora será 5º) de la Escuela Oficial de Idiomas para obtener la convalidación (aunque exijan niveles diferentes). Tras no sé cuantos años intentando entrar en la EOI, dimití y me presenté al examen de inglés UC3M que pasé sin esfuerzo alguno.

Hablando de idiomas, este año (2006-2007) decidí cambiar el francés por el árabe, un idioma de mucha menos categoría que el français pero de igual o superior dificultad de pronunciación y gramática (por no hablar de lo que más lo caracteriza: los gurrapatos que forman el alfabeto). De este modo mi agenda pasaba a tener dos días a la semana alemán, dos días a la semana árabe y dos días a la semana danza. Recuerdo con “cariño” los miércoles, día ligero en el que a la misma hora (5:30pm) acababa la clase de danza en Getafe y comenzaba la de árabe en Nuevos Ministerios (separados por unos 30-40 minutos de distancia). Era mi tercer curso bailando y no estaba dispuesta a dejar nada.

Ahora mismo estoy pensando en que tengo todavía menos memoria que un pez, que ya debe ser difícil, pero no recuerdo apenas nada de los dos últimos cursos.

Recuerdo a un señor que nos hablaba de cine de una forma incomprensible, con unos palabros que ni en el diccionario aparecían (y que ahora resulta ser el Vicedecano de Com. Audiovisual); recuerdo a otro señor que vio en nosotros un futuro como pedagogos ya que toda su participación fue decirnos como se llamaba y explicarnos que la asignatura la prepararíamos e impartiríamos nosotros mismos a nuestros compañeros; recuerdo a una señorita que se hacía llamar vicedecana de la carrera conjunta (ya era hora de tener a alguien que nos representara después de tres años y medio) quien, tras exponerle nuestras quejas acumuladas, se excusó con un “sois un grupo experimental y problemático”. Dimitió un año después.

Y hasta aquí puedo leer. Acabé, por cuarto año consecutivo, hasta los mismísimos y decidí poner tierra de por medio.

1 comentario:

  1. Jejeje, a todos nos marcó la dimisión de la vicedecana y que nos llamara "grupo experimental y problemático" :P

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